AFORISMOS AGUACATEROS.
Introducción.
Juan Camilo Ruiz P
Este 6 de abril cumplo exactamente catorce años de haberme
dedicado “con alma, vida y sombrero”, al
cultivo y producción del aguacate.
Si, así de simple: al aguacate, sin apellidos ni nada, porque
cuando empecé, o empezamos, sembrábamos aguacates de distintas variedades:
Hass, Reed, Colin Reed, Fuerte, Choquete,…etc. de acuerdo con el clima y la
altura sobre el nivel del mar del predio donde íbamos a sembrar, pues el
propósito era tener un cultivo a nivel comercial, de un producto nuevo, no
tradicional, y destinar su producción al mercado local y nacional, pues para
ese entonces desconocíamos completamente las dimensiones del mercado
internacional.
Era toda una aventura, como cualquier empresa que se realiza en el campo colombiano, pero esta era más descabellada. Sembrar aguacate para el comercio en un país que tiene en cada solar de una casa, bien sea en el caso urbano o en el área rural, un palo de aguacate que muchas veces se ignora quién lo sembró, o sirve para recordar al abuelo o a la tía que lo cuidaba pero ya fallecieron. O es también aquel ejemplar del cual los moradores dicen que desde que nacieron esta ese árbol ahí, pero que no hecha nada porque es un macho y que le hace falta otro que sea la hembra para que pueda florecer y dar frutos.
Carecíamos de contactos tanto nacionales como internacionales para hacer el comercio, nada sabíamos del mercado de las distintas variedades, tampoco cuales países eran los mayores productores, cuáles eran sus
volúmenes de producción, sus
”ventanas” de producción; en muy buena
medida, solo quienes se dedicaban a otros productos, (flores, banano,...) el resto, carecíamos de
experiencia en los tramites aduaneros y de
exportación, del manejo de puertos, de cuáles eran las navieras y los
itinerarios de las mismas, de las
condiciones de calidad que los países importadores exigían para el producto, ni
de certificaciones, ni de organizaciones gremiales... En una palabra, no
sabíamos de nada del aguacate.
Durante todo este tiempo – quince años - , hasta hoy, hemos
tenido miles de horas de conferencias, charlas, seminarios, foros,
publicaciones, etc. Hasta Congreso Mundial, pasando por Congreso
Latinoamericano y muchos encuentros regionales y subregionales que nos han
ilustrado sobre múltiples prácticas culturales, comerciales, experiencias
exitosas y otras fracasadas, que hemos acogido, valorado y rechazado
otras, provenientes algunas de nuestros amistosos, amables y generosos
contactos internacionales que hemos construido y consolidado a lo largo de
estos años: mexicanos, chilenos, americanos, peruanos, españoles,
guatemaltecos, etc.
También hemos aprendido de nuestros propios conocimientos,
nuestras observaciones y experiencias de la labor diaria; en visitas a diversos
lugares aguacateros de distintas latitudes, leyendo, y últimamente
desarrollando investigaciones por parte de importantes instituciones.
Es grande ya nuestro
saber sobre el aguacate, y muy particularmente sobre la variedad Hass. Lo que
nos falta por aprender no tiene fin, pero lo que hemos hecho ha sido una
experiencia exitosa sin ninguna duda, y la misma se ha adquirido en muy corto,
cortísimo tiempo, hasta el punto que ya hemos logrado llegar, no a todos los
rincones del mundo, pero si a los principales mercados.
Haciendo este balance somero de lo que ha sido el desarrollo
de esta industria agrícola, y a lo largo de lo que ha sido mi experiencia
personal en esta pasión y aventura, he ido acumulando algún conocimiento y
experiencias que quiero compartir con mi grupo de amigos.
A ese conjunto de experiencias que quiero compartir, he
querido darle el nombre de “AFORISMOS”, empleando para ello la definición
exacta de la palabra que le concede el diccionario de la RAE: “Máxima o
sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte.”
No puedo terminar la introducción a este proyecto sin honrar
la memoria de un inolvidable amigo y durante algún tiempo, compañero de viaje y
acicate permanente para todos cuantos emprendimos hace ya varios años la
aventura aguacatera, para que no desistiéramos en la marcha.
Me refiero a José
María Ciurana, quien después de recorrerse, literalmente, el mundo aguacatero conocido hasta entonces, cultivo por cultivo,
asentó sus reales en Colombia donde terminó sus días compartiendo sus
experiencias valiosísimas y sus innovaciones alocadas. Traigo a colación su
memoria porque para este deseo de compartir experiencias, me permite recordar una expresión que utilizaba en sus charlas y
conversaciones: “cultivar y producir
aguacate es supremamente fácil, para ello solo basta hacer un curso que
contiene cien lecciones, solo que cada lección dura un año”.
Este es el objetivo de emprender esta serie de AFORISMOS.
Con mucho afecto.
Tengo que corregir la parte que habla de los árboles de los antiguos. Habla de un árbol que no tiene fruta porque es un árbol macho y necesita un árbol hembra. En mi conocimiento, y puedo ser equivocado, no hay unos árboles que son solo machos o hembras. La flor del aguacate tiene los dos sexos, femenino y masculino que normalmente se encuentra en diferentes partes del día: macho en la mañana y hembra en la tarde de variedades con flor A como Hass y los otros árboles tipo B enflorecen hembras en la mañana y machos en la tarde. Así la naturaleza asegura tener la polinización cruzada. Entonces la genética del aguacate tiene la oportunidad de mejorar y selecciónar los mejores resultados híbridos. Por ejemplo la variedad Hass vino de un árbol Ryan con algún polen de otra variedad que trajeron los insectos polinizadores.
ResponderEliminarTambién creo que la intención del autor fue de decir la diferencia en la altitud para las mejores variedades. La latitud refiere a la distancia del ecuador norte o sur y la altitude es la altura sobre el nivel del mar.