lunes, 6 de abril de 2020

AFORISMO No. 1


AFORISMO No. 1

EL AGUACATE NO HA IDO A LA UNIVERSIDAD.


Juan Camilo Ruiz Pérez
juancamilorp@gmail.com
aguacatesguacamayas@gmail.com


Tengo la experiencia directa, de primera mano, tanto como productor de aguacate que soy, y como formador y directivo universitario que fui, para afirmar que el aguacate no ha ido a la universidad. Dicho de manera más concreta, en las universidades de Colombia no se enseña el tema del producto aguacate, hoy uno de nuestros productos agrícolas promisorios. Y no se enseña, porque no se conoce, y no se conoce porque no se ha estudiado y no se ha estudiado porque no se ha investigado.

Nos damos golpes de pecho?, criticamos?, juzgamos al mundo académico y científico del país por esta falencia?, por considerar que quienes de él hacen parte, han sido ineficientes o desactualizados?. Creo que aquí no hay que llevar a nadie a la hoguera por esta situación.

Y por qué ha sucedido esto?.  Voy a tratar de explicarlo un poco más adelante, y de moderar un poco mis aseveraciones anteriores. Lo que sí hay que hacer es, propósito de enmienda, diligencia, recursos (científicos, académicos, económicos, investigativos, tecnológicos…) y echar a andar lo más de prisa y con paso firme como nos sea posible.





Cuento antes una conversación que tuve hace algún tiempo con Diego Miguel Sierra, quien fuera Secretario de Agricultura y Desarrollo Social de Antioquia, gran promotor desde el gobierno, del cultivo del aguacate y promotor y actual Director del programa de Ingeniería Agronómica de la Universidad EAFIT.

Me preguntó sobre el “estado del arte del producto aguacate en Colombia” y le respondí haciéndole un símil con la Biblia. Le dije que en la industria del aguacate en Colombia había un viejo testamento y un nuevo testamento.

Le explicaba cómo en un período de casi tres lustros los cultivadores colombianos del aguacate habíamos hecho una verdadera revolución agrícola con este producto. Desde empezar por no saber absolutamente nada del mismo, hasta llegar a los confines del mundo con un producto de excelente calidad. Valga anotar  que por los tratados de libre comercio que tiene Colombia, se puede llegar a más de 2.500 millones de consumidores.  

Sobre esto, vale la pena, para no repetir, leer el blogg de introducción a estos aforismos. Y en buena parte de lo escrito ahí, era la referencia a ese viejo testamento del Aguacate. Pero que todavía nos faltaba por construir o escribir el nuevo testamento de la industria aguacatera colombiana. Esa será una gran tarea para llegar a ser los mejores y más grandes productores de  aguacate del mundo, vocación a la cual estamos llamados.



Para explicar un poco más esta metáfora bíblica, pienso mucho en lo que sucede cuando vemos al mago hacer su prestidigitación, su magia. Vemos que la hace,  nos ponemos atentos para mirar si podemos descubrir su secreto, pero el mago la hace tan rápido, que nos queda imposible descubrir el truco.

Traigo el ejemplo al tema del aguacate. Sí. Producimos aguacate, lo producimos muy bien, lo logramos hacer en pocos años, pero todo cultivador colombiano me tendrá que admitir que aún no sabemos cómo lo hacemos, cómo lo logramos.

De milagro? Es posible. Somos como los espectadores de la magia… cómo lo logramos? Sinceramente no lo sabemos.

En mi caso, soy sincero con mis amables lectores: creo que mínimo, el 90% del modesto éxito que obtengo, lo atribuyo al clima, en su acepción más amplia, el 5% a los insumos agrícolas y el 5% restante a mi familia que me alcahuetea que esté metido en este negocio.
Y mi Dios que hace en esto? Les parece poquito lo del clima?. Y Yo como cultivador qué hago entonces, en los porcentajes anteriores?. Nada, salvo fuerza para que todo lo que hacen estos participantes, salga bien.

Para terminar, por hoy, y dejarlos que descansen, quiero avanzar un poco  anunciando sobre lo que escribiré en las próximas entregas de este primer aforismo.

Qué sucedió en el pasado y que debemos hacer que suceda en el futuro inmediato y próximo.  



viernes, 3 de abril de 2020

AFORISMOS AGUACATEROS


AFORISMOS AGUACATEROS. 

Introducción. 
Juan Camilo Ruiz P 
                                                                                                   juancamilorp@gmail.com


Este 6 de abril cumplo exactamente catorce años de haberme dedicado “con alma, vida y sombrero”,  al cultivo y producción del aguacate.

Si, así de simple: al aguacate, sin apellidos ni nada, porque cuando empecé, o empezamos, sembrábamos aguacates de distintas variedades: Hass, Reed, Colin Reed, Fuerte, Choquete,…etc. de acuerdo con el clima y la altura sobre el nivel del mar del predio donde íbamos a sembrar, pues el propósito era tener un cultivo a nivel comercial, de un producto nuevo, no tradicional, y destinar su producción al mercado local y nacional, pues para ese entonces desconocíamos completamente las dimensiones del mercado internacional.

Era toda una aventura, como cualquier empresa que se realiza en el campo colombiano, pero esta era más descabellada. Sembrar aguacate para el comercio en un país que tiene en cada solar de una casa, bien sea en el caso urbano o en el área rural, un palo de aguacate que muchas veces se ignora quién lo sembró, o sirve para recordar al abuelo o a la tía que lo cuidaba pero ya fallecieron. O es también aquel ejemplar del cual los moradores dicen  que desde que nacieron esta ese árbol ahí, pero que no hecha nada porque es un macho y que le hace falta otro que sea la hembra para que pueda florecer y dar frutos. 





Carecíamos de contactos tanto nacionales como internacionales para hacer el comercio, nada sabíamos del mercado de las distintas variedades, tampoco cuales países eran los mayores productores, cuáles eran sus volúmenes de  producción, sus ”ventanas”  de producción; en muy buena medida, solo quienes se dedicaban a otros productos, (flores, banano,...) el resto, carecíamos de experiencia  en los tramites aduaneros y de exportación, del manejo de puertos, de cuáles eran las navieras y los itinerarios de las  mismas, de las condiciones de calidad que los países importadores exigían para el producto, ni de certificaciones, ni de organizaciones gremiales... En una palabra, no sabíamos de nada del aguacate.   

Durante todo este tiempo – quince años - , hasta hoy, hemos tenido miles de horas de conferencias, charlas, seminarios, foros, publicaciones, etc. Hasta Congreso Mundial, pasando por Congreso Latinoamericano y muchos encuentros regionales y subregionales que nos han ilustrado sobre múltiples prácticas culturales, comerciales, experiencias exitosas y otras fracasadas, que hemos acogido, valorado y rechazado otras, provenientes algunas de nuestros amistosos, amables y generosos contactos internacionales que hemos construido y consolidado a lo largo de estos años: mexicanos, chilenos, americanos, peruanos, españoles, guatemaltecos, etc.

También hemos aprendido de nuestros propios conocimientos, nuestras observaciones y experiencias de la labor diaria; en visitas a diversos lugares aguacateros de distintas latitudes, leyendo, y últimamente desarrollando investigaciones por parte de importantes instituciones.

Es grande  ya nuestro saber sobre el aguacate, y muy particularmente sobre la variedad Hass. Lo que nos falta por aprender no tiene fin, pero lo que hemos hecho ha sido una experiencia exitosa sin ninguna duda, y la misma se ha adquirido en muy corto, cortísimo tiempo, hasta el punto que ya hemos logrado llegar, no a todos los rincones del mundo, pero si a los principales mercados. 

Haciendo este balance somero de lo que ha sido el desarrollo de esta industria agrícola, y a lo largo de lo que ha sido mi experiencia personal en esta pasión y aventura, he ido acumulando algún conocimiento y experiencias que quiero compartir con mi grupo de amigos.

A ese conjunto de experiencias que quiero compartir, he querido darle el nombre de “AFORISMOS”, empleando para ello la definición exacta de la palabra que le concede el diccionario de la RAE: “Máxima o sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte.”

No puedo terminar la introducción a este proyecto sin honrar la memoria de un inolvidable amigo y durante algún tiempo, compañero de viaje y acicate permanente para todos cuantos emprendimos hace ya varios años la aventura aguacatera, para que no desistiéramos en la marcha.

Me refiero a José María Ciurana, quien después de recorrerse, literalmente,  el mundo aguacatero conocido hasta entonces, cultivo por cultivo, asentó sus reales en Colombia donde terminó sus días compartiendo sus experiencias valiosísimas y sus innovaciones alocadas. Traigo a colación su memoria porque para este deseo de compartir experiencias, me permite recordar una expresión que utilizaba en sus charlas y conversaciones: “cultivar y producir aguacate es supremamente fácil, para ello solo basta hacer un curso que contiene cien lecciones, solo que cada lección dura un año”.

Este es el objetivo de emprender esta serie de AFORISMOS.

Con mucho afecto.