Juan Camilo Ruiz P.
juancamilorp@gmail.com
Prolegómenos de una gesta (2ª
parte).
“Los necios recorren los caminos que cien años más tarde recorrerán los
sabios.”
El milagro es que Colombia y Medellín son hoy la sede del IX Congreso
Mundial del Aguacate, lo que era impensable hace solo diez años. Este evento le muestra a
los colombianos y al mundo que Colombia es un jugador central e insustituible en el
mundo de la economía aguacatera universal, con calidad y suficiencia, gracias
al esfuerzo y empuje de su gente, acostumbrada a gran retos y proezas.
Promotores de la Sede para Colombia, del Congreso Mundial del Aguacate,
para el año 2019.
Fue tan arrollador el éxito del III Congreso
Internacional del Aguacate del 2009 - por la calidad académica del mismo, por lo selecto
y lo profundo de los temas tratados por los conferencistas, por la abrumadora
asistencia de los congresistas, por la presencia plural de países, por la
organización del evento, por las instalaciones donde se llevó a cabo - Plaza
Mayor - por la acogida dispensada a los asistentes, por las salidas de campo,
por la novedad que representaba la producción de aguacate en el trópico, en fin
por tantos aspectos - que fue inmediato y
amplio el reconocimiento especialmente
internacional, que Colombia se puso en boca de todo el mundo aguacatero.
De inmediato llegaron las propuestas
de las organizaciones gremiales de los distintos países, en especial de América
Latina, y muy especialmente de México, para que Colombia presentara su
candidatura al Congreso Mundial de 2015, puesto que para el 2011, ya Australia
estaba designada como sede, para realizar el evento en la ciudad de Cairns.
En la Corporación Antioqueña del
Aguacate (CORPOAGUACATE) asumimos el
reto y empezamos a trabajo en ese sentido. Era toda una osadía.
Hoy, vista la “ingenuidad” de la
ilusión, realmente ”nos faltaba pelo p´al moño”. Baste saber que Colombia no
figuraba en ningún registro mundial como país exportador de aguacate,
simplemente porque no exportábamos, tampoco sabíamos qué lugar ocupábamos entre
los países productores o consumidores a nivel mundial, porque no existían datos
ni del DANE, ni del antiguo PROEXPORT. Eran
los años 2010 -2011 y aún no habíamos hecho la primera exportación. Cuando ésta
se hizo, todo fue a puro trabajo manual, sin ningún proceso mecanizado. No se
tenía ninguna noción de calidad del producto, ni cómo se determinaba la materia
seca ni cual era el índice óptimo de la misma para poder exportar. Las cajas para empacar se consiguieron en las
bodegas de las grandes cadenas sin ninguna calidad ni especificaciones
técnicas sencillamente porque en
Colombia no se producían. Poco era lo que se sabía de rutas y frecuencias marítimas
y de procesos de embarque para exportación.
Otro hecho no menos relevante era la
situación política del país. De Colombia lo que se conocía internacionalmente
eran las noticias de la CNN, ni para qué recordar cuales eran los mensajes.
Darle la vuelta al mundo para decirle a los australianos o a los neozelandeses
o a los israelíes, o a los hindúes o a cualquier ciudadano y aguacatero del mundo que vinieran a
Colombia a un congreso mundial de aguacate …
Como si lo anterior fuera poco, a
nuestro potencial y gran electorado mexicano que estaba presto a apoyar nuestra
candidatura, el Gobierno Norteamericano le negó la visa de tránsito para
Australia, así que nuestro electorado no pudo viajar.
Sin embargo con “el pecho henchido”,
continuamos en nuestro propósito. Contábamos con un pequeño apoyo del Boureau
de Convenciones del Municipio de Medellín y algunos videos promocionales de la
ciudad y del país.
Llegados a Cairns, supimos que
nuestros competidores serían Perú y California. California optaba por la sede, a
pesar que ya había sido sede de un congreso anterior, por el muy destacado
motivo que se organización gremial quería celebrar los cien años de existencia.
Motivo más que suficiente y Perú ya se destacaba en el ámbito aguacatero porque
venía creciendo de manera vertiginosa especialmente en el campo exportador y le pisaba fuertemente los talones a Chile
como segundo productor y exportador mundial, posición que logró pocos años después.
Además ofreció la cena inaugural del evento para más de 600 asistentes. Es de anotar que la organización mundial del aguacate tiene como principio no otorgar nuevamente la sede del congreso al país que ya lo haya celebrado.
Llegado el día de la elección de la
sede, a los representantes de las tres delegaciones nos fue permitido
dirigirnos a los asistentes donde cada uno ponderó de manera exhaustiva las
razones y los méritos para aspirar a ser sede del Congreso Mundial del año
2015.
El país elegido en esa oportunidad
como podrá colegirse, fue Perú para ser, en Lima su Capital, la sede del VIII
Congreso Mundial del Aguacate.
Considero que no se perdió el tiempo,
se hizo la fila, cosa que se está volviendo de rigor, y lo más importante, fue que Colombia entró a ser conocida y
tenida en cuenta en el ámbito aguacatero mundial y ser considerada la gran
candidata para ser sede en el año 2019, lo que efectivamente se consiguió, en una extraordinaria emulación con
Nueva Zelanda que seguramente postulará nuevamente su nombre y conquistará en Medellín, la sede para el 2023.
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